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Los casos modelo mencionados a
continuación constituyen ejemplos de los trabajos de alfabetización realizados por los
Voluntarios del Cuerpo de Paz. Estos casos de estudio muestran algunos de los problemas
que los educadores encuentran con mayor frecuencia en la implementación de sus proyectos.
Algunos de estos problemas son únicos en su genero en relación con los Voluntarios, pero
cualquier educador podría tener problemas similares.
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Bob Loser era un Voluntario del Cuerpo de Paz que se encontraba enseñando matemáticas y ciencias a nivel de escuela superior en Nepal a principios de la década de 1970. Bob vivía cerca de la frontera Hindú en las llanuras que se extienden desde las montañas de Nepal hasta el Rio Ganges. En su capacidad de maestro, Bob tenia que hablar, leer y escribir el lenguaje nacional y dominar el lenguaje oral de su área. Bob practicaba la lectura y escritura en el lenguaje Nepalí (cuya caligrafía es muy diferente a la del inglés) con la ayuda de su arrendatario y el hijo de éste quien se había graduado recientemente de la escuela superior. Thakawa, un sirviente de la casa de 20 años de edad, y quien nunca había aprendido a leer y escribir, solía prestar atención durante las lecciones de escritura que Bob estaba tomando. Thakawa comenzó a preguntarle a Bob sobre sus lecciones de escritura y Bob comenzó a enseñarle a Thakawa lo que había aprendido sobre la lectura y escritura en Nepalí durante sus 18 meses como Voluntario.
Ni Bob ni Thakawa habían planeado comenzar una clase de alfabetización. Mientras tanto' un joven de 13 años que trabajaba como sirviente también, comenzó a acercarse mientras Bob le enseñaba a Thakawa. Las lecciones se trasladaron eventualmente al enorme balcón de la casa. Al principio, el arrendatario estaba muy complacido. Esto le dejaba ver al pueblo que él era una persona progresista quien les enseñaba a leer y a escribir a sus sirvientes. Sin embargo, después de algún tiempo, el arrendatario comenzó a pensar que Bob podría aprovechar mejor su tiempo si le enseñaba inglés a su hijo que se había graduado de la escuela superior pero todavía no había aprobado la prueba necesaria para salir dé la escuela.
Las clases se trasladaron del balcón a la habitación de Bob, y luego a la casa pequeña de Thakawa, donde se unieron a la clase su esposa, su cuñado de diez años, un vecino de 25 años y otro joven de 15 años.
Estas sesiones de clase no estaban organizadas formalmente. Bob le brindaba atención individual a cada estudiante mientras los otros practicaban por sí solos. Algunas veces, varios alfabetos del pueblo (maestros y estudiantes de la escuela de Bob al igual que los estudiantes universitarios que estaban de vacaciones en el pueblo) ayudaban en las clases. Al pasar el tiempo, Thakawa adquirió suficiente destreza para comenzar a enseñarle a los otros estudiantes.
Bob quizás nunca hubiera podido comenzar este programa de alfabetización si éste se hubiera organizado como un programa formal. Todo ésto sucedió espontáneamente. Bob nunca se detuvo a pensar sobre las implicaciones relacionadas con el desarrollo que sus esfuerzos acarrearían. De hecho, Thakawa nunca mencionó razones precisas sobre sus deseos para alfabetizare. No había muchos materiales de lectura en la comunidad, y Thakawa no necesitaba aprender a leer para poder desempeñar bien su trabajo. Sin embargo, Thakawa quería aprender a leer, y Bob fue capaz de enseñarle.
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Bob y Thakawa se encontraron con varios problemas en sus sesiones. Bob hablaba el lenguaje local que ambos estaban aprendiendo a leer y escribir, pero su fluidez no estaba aún bien desarrollada. Algunas veces, los aprendices no podían entender la pronunciación de Bob, y se sentían inseguros en cuanto al sonido que debía acompañar la letra que se estaba demostrando. Aún cuando ya la clase había aprendido a reconocer las letras y sus sonidos, así como a formar palabras, algunas veces no entendían lo que habían leído.
Bob Loser trabajó como Voluntario del Cuerpo de Paz por espacio de cuatro años. Durante los últimos 2 años y medio, él enseñó la clase siguiendo un programa irregular. Thakawa y el otro aprendiz habían alcanzado un nivel alto de alfabetización, y los otros habían obtenido alguna destreza. Aún diez años después de haberse marchado de Nepal, Bob recibe correspondencia de Thakawa regularmente.
Este ejemplo presenta algunos de los temas relacionados con los proyectos pequeños de alfabetización. La clase comenzó debido a la necesidad expresada por un aprendiz. Esa motivación fue lo suficientemente alta para permitirle a ese aprendiz alcanzar un nivel alto de las habilidades de alfabetización, aún cuando los otros aprendices no estaban tan motivados. Thakawa ayudó a generar la participación de sus compañeros aprendices, y este liderazgo fue suficiente para permitir que las sesiones de clase continuaran.
Bob creía que su arrendatario apoyaba el esfuerzo, pero, por alguna razón, dicho apoyo ceso. Un diálogo continuo con el arrendatario quizás hubiera asegurado un apoyo mayor. El apoyo de los otros adultos alfabetas resultó ser fácil de lograr, pero era demasiado esporádico. Sólo dos personas, en este caso el maestro y el aprendiz más interesado, fueron las que mantuvieron la continuación del proyecto. Este apoyo resultó ser suficiente para un proyecto pequeño y la comunidad no tuvo que incluirse.
Aún cuando el maestro le dedicó
una gran parte de su tiempo y esfuerzo a la clase, solamente un aprendiz alcanzó un nivel
alto de destreza. Algunos otros alcanzaron sólo una porción de las misma. Este modesto
nivel de éxito es común en los proyectos de alfabetización.
Bonnie Cain fue a Tegucigalpa, Honduras a trabajar
con las matemáticas y ciencias y con la educación de adultos. Al poco tiempo de estar
allí, Bonnie conoció a Doña Luz, la supervisora de los cocineros en el hospital de
Tegucigalpa. Doña Luz le dijo a Bonnie que se estaba construyendo un hospital nuevo y que
el personal se mudaría allí cuando la construcción del mismo se completara. Los
administradores del hospital querían que la alfabetización fuese un requisito para poder
trabajar en las nuevas facilidades médicas. Nadie en el grupo de Doña Luz podía leer ni
escribir.
Bonnie y Doña Luz hablaron con el personal del hospital sobre comenzar una clase. Las mujeres que trabajaban en la cocina mostraron mucho entusiasmo sobre esta idea. Con la ayuda de la Unión, lograron que la administración del hospital les permitiera usar media hora de su tiempo laboral para asistir a clases diarias de alfabetización. El acuerdo dictaba que la otra media hora sería donada de su propio tiempo. El hospital proveyó un salón. y los carpinteros, quienes normalmente construían ataúdes, construyeron los escritorios y las sillas para la clase.
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Bonnie compiló un libro de lecturas y ejercicios para la clase. El enfoque principal del libro lo fueron la higiene, las teorías de los gérmenes y la nutrición. Para la enseñanza, Bonnie utilizó algunos materiales producidos por ALFALIT, una organización de alfabetización en Costa Rica.
Bonnie comenzó enseñando las sílabas y las palabras en los materiales de la ALFALIT, actuando como líder en la instrucción y luego pidiéndoles a las mujeres que trabajasen en equipos de dos, una leyéndole a la otra. Este método le permitía a Bonnie prestarle atención especial a cada equipo de forma individualizada. Bonnie también ayudó a las aprendices a llevar a cabo experimentos para probar los conceptos científicos que estaban aprendiendo junto con su alfabetización. Ella también le pidió a un miembro del personal del hospital que presentara charlas sobre la nutrición.
La clase se compuso de 27 mujeres, quienes aprendieron lo suficiente para poder escribir sus nombres y leer los menús preparados por la nutricionista del hospital. A pesar de que Bonnie tuvo que abandonar su trabajo de alfabetización para ayudar con varios trabajos de auxilio cuando un huracán azotó Honduras, las clases continuaron con maestros locales. Bonnie todavía tiene una caja que le dieron sus estudiantes. Esta contiene las firmas de cada una de las aprendices.
En este ejemplo, las participantes en la clase hallaron su motivación en la necesidad de alfabetizarse para poder continuar trabajando. Esta motivación fue el factor que hizo que las mujeres se unieran a la clase y luego ejercieran el esfuerzo necesario para aprender a leer.
A diferencia del caso de Nepal, en este caso los miembros importantes de las estructuras de poder apoyaron el proyecto. El proyecto fue iniciado por un miembro del personal del hospital quien se sentía comprometido en forma personal. Este compromiso fue suficiente para asegurar los recursos para el proyecto, los incentivos para las aprendices y el tiempo para que las mujeres aprendieran a la misma vez que devengaban ingresos.
Bonnie combinó un currículo regular de un programa regional de alfabetización con los materiales específicos que ella misma preparó. Esto le permitió enfocar el currículo y el esfuerzo en el desarrollo de los materiales en la parte funcional del proyecto. Bonnie se sentía algo incómoda con el rol tradicional de maestra, parada al frente de un grupo de estudiantes y dictándoles en forma de conferencia. Se dió cuenta de que ésto no iba a ser un método efectivo. Al dividir el grupo de aprendices en grupos mas pequeños, Bonnie pudo prestarles atención individual y a la vez mantener bajo control el proceso de aprendizaje del grupo completo.
Bonnie también tuvo que conformarse con un nivel modesto de logros alcanzados por sus estudiantes. Sin embargo, en este caso todas las aprendices alcanzaron su meta, la cuál era algo limitada. Este es un patrón de logros característico de un proyecto exitoso.
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En el 1964, David Kahler fué a Senegal como
Voluntario del Cuerpo de Paz para trabajar con el desarrollo de la comunidad. Senegal
habla recién adquirido su libertad de Francia, y el nuevo gobierno quería que una mayor
parte de su población se alfabetizara. Sin embargo, el gobierno no pudo anticipar bien
las dificultades que surgieron al tratar de que la gente se alfabetizara en Francés. La
mayoría de la gente hablaba uno de los muchos lenguajes locales y tenía muy poco
conocimiento del Francés.
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El programa gubernamental utilizaba métodos y materiales en francés desarrollados como los de la Organización Laubach Internacional. Este programa estaba organizado formalmente y estaba implementado en el sistema escolar existente. Los maestros y los estudiantes de las clases altas les enseñaban a los adultos de las zonas rurales por períodos de seis semanas.
David también enseñó en estas clases, pero encontró que eran muy difíciles. La gente en su área del país hablaban en Mandinka y muy poco Francés. Existía una directiva del gobierno para implementar el programa sin cambio alguno, y los esfuerzos de David para hacer la enseñanza más relevante a las necesidades y experiencia de los aprendices no produjeron ningún resultado. Aproximadamente el 80 por ciento de los estudiantes abandonaron las clases, y los que se quedaron aprendieron muy poco.
Como parte del trabajo de desarrollo comunitario, David estaba ayudando en el departamento local de extensión agrícola a enseñarles a los agricultores a utilizar distintas aplicaciones de fertilizantes químicos en las diferentes cosechas. Muchos agricultores encontraron ésto muy difícil ya que no podían leer la información sobre las proporciones de aplicación en las bolsas de fertilizantes. David ayudó al departamento de extensión a desarrollar un curso informal para los agricultores. Este curso primero familiarizaba a los agnicultores con la información en Mandinka; luego, les enseñaba a leer la misma información en Francés. Esta forma tan específica de alfabetización resultó ser fácil para que los agricultores aprendieran y les proveyó habilidades que podían utilizar inmediatamente.
El primer proyecto auspiciado por el gobierno fracasó porque el programa no consideraba la motivación ni las habilidades existentes previas a la alfabetización de los aprendices. Los métodos que resultaron efectivos para Bob Loser en Nepal no podían funcionar aquí en un ambiente donde la motivación y las habilidades orales de los aprendices eran muy bajas.
Figura
El segundo proyecto fue un esfuerzo
específico que incluía las habilidades previas a la alfabetización para alcanzar las
metas deseadas. La motivación surgió de los mismos aprendices quienes hablan expresado
una necesidad de aprender unas habilidades específicas. El patrón de logros comienza a
ser más claro con este ejemplo. Un gran número de aprendices pueden alfabetizarse,
especialmente cuando esa destreza es la que necesitan y pueden utilizar. En los casos como
en el ejemplo de Nepal, hay aprendices que sienten una gran necesidad de alcanzar un nivel
alto de habilidades. En la mayoría de los casos, la necesidad de adquirir determinadas
habilidades se refiere específicamente a un grupo de objetivos con los cuáles se puede
ayudar a un mayor número de personas.
Paul Jurmo trabajó como Voluntario del Cuerpo de
Paz en Gambia desde el 1976 al 1979. Su labor era la de asesor de la alfabetización
funcional. Aún cuando Paul había recién completado su Maestría en Artes con una
concentración en las Ciencias Sociales de la Educación, y habla enseñado a leer como
Voluntario, todavía no era un experto en la alfabetización. Cuando Paul llegó a Gambia,
se dió cuenta de que el gobierno no había organizado ningún programa de
alfabetización. Paul comenzó su servicio conversando con la gente de Gambia y con los
exilados con algún conocimiento de la alfabetización. Finalmente, llegó a un acuerdo
con el gobierno para experimentar con un proyecto piloto en un pueblo pequeño localizado
a 100 millas río arriba de Banjul (capital).
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La gente del pueblo sólo hablaban el lenguaje local del cuál Paul conocía muy poco. El gobierno tenía unos pocos materiales escritos en el lenguaje local, pero no había lo que se podía considerar como literatura. Como un primer paso, Paul consideró muy importante desarrollar la alfabetización en el lenguaje de los aprendices. Paul hizo arreglos para que algunos maestros locales brindaran su labor voluntariamente y comenzó las clases de alfabetización para un grupo de aproximadamente 40 hombres jóvenes.
Muchos de los estudiantes abandonaron las clases cuando se dieron cuenta de cuánto tiempo les tomaría el alfabetizarse en su propio lenguaje y estar listos para comenzar los estudios en Inglés. Lo que ellos querían en realidad era aprender a dominar el Inglés, el cuál era el lenguaje nacional oficial. Al final del primer mes, el 50 por ciento de los miembros habían abandonado las clases. Solamente se quedaron 10 de ellos durante los cuatro meses del curso.
El curso hubiera podido extenderse más pero, cuando comenzaron las lluvias del mes de mayo, los hombres tuvieron que abandonar sus estudios para dedicarse más a sus labores en la finca. Los diez miembros que terminaron el curso aprendieron las letras y las sílabas del lenguaje y podían leer las palabras en los materiales sencillos que se utilizaron en el curso. Sin embargo, no existían materiales de seguimiento para que ellos leyeran.
Paul se sintió decepcionado con esta experiencia. Sin emabrgo, en su segundo año como Voluntario, el gobierno suplió los fondos economices para la formación del Comité Nacional de Alfabetización (NLAC). Este comité estaba compuesto de oficiales gubernamentales de los departamentos relacionados con el desarrollo rural - agricultura, educación, cooperativas y desarrollo comunitario. El comité diseñó una estrategia nacional de alfabetización y la probó como parte de un proyecto piloto con la ayuda de Paul.
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El proyecto comenzó en seis pueblos y utilizo como maestros sin paga a jóvenes desempleados pero educados. El proyecto utilizó materiales mejorados en los lenguajes locales. Dichos materiales incluían relatos tradicionales que habían sido transcritos para la lectura. Aunque estos materiales no tenían ningún contenido funcional, resultaban ser mucho mejores para la enseñanza que los utilizados en el primer proyecto en el cual Paul trabajó. Este segundo proyecto continuó durante el segundo y tercer año de la estadía de Paul en Gambia. Al poco tiempo el proyecto estaba funcionando en 15 pueblos. Había muchísimo entusiasmo sobre este proyecto; tanto la estrategia como los materiales eran satisfactorios. Sin embargo, debido a la falta de dinero para pagarle a los maestros, éstos comenzaron a perder el interés a medida que el proyecto progresaba. A pesar de este problema, el proyecto ha continuado y se ha expandido, desarrollándose más materiales en tres lenguajes locales.
La experiencia de Paul en Gambia le convenció de que quizás la destreza numérica (numeracy) era más importante para los aprendices que la lectura y la escritura. Ya que el Inglés era demasiado difícil, y debido a que la alfabetización en el lenguaje local no era tan importante hasta que el gobierno se comprometió a producir los materiales de lectura en dicho lenguaje, Paul comenzó a comprender que las matemáticas serían la mejor materia para enseñar.
Dos años más tarde, cuando regresó a Gambia, Paul pudo experimentar con esa idea en un proyecto auspiciado por la Liga Cooperativa de los Estados Unidos de Norte América (CLUSA). Allí se dió cuenta de que el programa de alfabetización en el cuál había trabajado, se había desarrollado en un centro nacional de educación no formal con grandes posibilidades. Paul implementó su proyecto de matemáticas en las cooperativas gubernamentales. El cree que este proyecto fue un éxito.
Paul estaba en las etapas iniciales de la construcción de una organización de alfabetización. A veces, esta experiencia puede ser muy difícil. Los materiales y los métodos no existían, y no había ninguna institución que continuase su labor. Sin embargo, el trabajo ha continuado y ahora existen los materiales, los métodos de enseñanza y la institución.
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*U. S. GOVERNMENT PRINTING OFFICE
1986; 624-960/854